La llamada fiscalidad transaccional incluye el asesoramiento y la gestión tributarios que son necesarios cuando se completa una transacción económica. Incluye la fiscalidad de fusiones y adquisiciones de empresas, la planificación fiscal de la empresa familiar, la fiscalidad de las diferentes formas de financiación, así como las cuestiones de carácter hereditario.
La fiscalidad transaccional requiere una combinación ajustada entre la planificación fiscal que permite optar por las formas jurídicas que menos tributación generan y la necesaria prudencia ante las estructuras fiscales agresivas.